Origen: Esta maravillosa sustancia resinosa es el sistema inmunológico de los vegetales superiores (árboles). La abeja lo recoge y transforma, para desinfectar la colmena, sellar grietas y embalsamar intrusos que no puede expulsar por su tamaño. El propóleo es lo que garantiza la total asepsia de un ambiente tan expuesto como lo es el de la colme na. Gracias a la acción antibiótica del propóleo, que protege de la actividad de virus y bacterias, la colmena es uno de los lugares más estériles conocidos en la naturaleza. Sirviéndonos a nosotros para contrarrestar muchas enfermedades y para el tratamiento de infecciones. El termino propóleo proviene del griego Propolis que signica “defensa de la ciudad” La historia tiene sobradas pruebas de la relación del hombre con las abeja desde hace miles de años. Desde la remota antigüedad se sabe de los benecios de los productos de la colmena en la alimentación humana y de su gran ayuda cuando hay alteraciones de la salud, dos ámbitos íntimamente ligados. Hoy en día con el respaldo de la tecnolo gía podemos armar con seguridad lo que nuestros ancestros decían de forma casi empírica. Composición: Es muy variable, dependiendo de la ora y el clima de cada lugar. Pese a ser el producto más usado y más investigado de la colmena, aún no se ha concluido su estudio cientíco, iniciado recién en la década del 60 en Europa del este. Ya se le han detectado más de 250 elementos constitutivos y unos 50 principios biológicamente activos, lo que explica su gran cantidad de propiedades. Tiene resinas, bálsamos, acei tes esenciales, minerales (más de 20 oligoelementos), vitaminas, aminoácidos (7 de los 8 esenciales) y más de 50 grupos de avonoides